«La meta de la educación infantil no debe ser llenar al niño con datos académicos previamente seleccionados, sino cultivar su deseo natural de aprender.» María Montessori
Anoche viendo la película de El Club de los Poetas Muertos pensé: «Ojalá existieran más profesores así como el profesor John Keating, a quien da vida el recientemente fallecido Robin Williams». Profesores que sienten pasión por la enseñanza y la transmiten a los alumnos, que te enseñan a pensar por ti mismo, que te animan a luchar por tus sueños, por lo que realmente te hace feliz, que no se limitan a enseñar Lengua, Matemáticas…etc sino que se interesan por el alumno como persona. Profesores a los que les importan los objetivos que sus alumnos tienen, que antes de enseñar a ser médicos, matemáticos o periodistas, enseñan a ser persona. Profesores que no se colocan esa coraza que impregna de tensión, de miedo el aula y que lo único que consigue es que los alumnos ni se atrevan a preguntar sus dudas.
A lo largo de mi etapa como estudiante he tenido profesores tanto de un tipo como de otro. Profesores a los que me daba respeto hablarles por su seriedad y su prepotencia, y profesores con los que hablaba con una calma que a veces he de decir que me resultaba extraña, debido a que es inusual que un profesor sea así, digamos que cuesta ver que bajo la palabra «profesor» se encuentra una persona ante todo. Y que sin embargo, de estos profesores han sido de los que más he aprendido, a los que más recuerdo y a los que más aprecio. Evidentemente, también es necesario aquí analizar la figura del alumno, porque el que tiene ganas de aprender lo demuestra y el que no, pues también. Pienso, bajo mi humilde opinión, que todo esto tiene que ver con el sistema educativo que hoy día tenemos y que queda anticuado pues está construido sobre teorías o lecciones que pertenecen a la época de la Revolución Industrial y actualmente estamos en el siglo XXI. Si seguimos así, no dejaremos de ocupar los últimos puestos de las listas de países con mejores datos en educación.
Por otro lado, se necesitan profesores que no sólo afirmen que les encanta enseñar, sino que lo demuestren. Enseñar es un verbo muy amplio, se puede enseñar muchísimas disciplinas, pero la principal es enseñar a ser persona y a buscar lo que te hace feliz. Es injusto que muchos sueños queden en el olvido, porque simplemente no se consideran sueños comunes o por como sucedía años atrás y que espero que hoy día ya no ocurra, los padres no permitan hacer lo que realmente hace feliz a sus hijos.
¿Qué sueños son comunes? ¿Qué es lo que te hace feliz? ¿Qué te hace sonreír y estar vivo? ¡Ve a por ello! Trata de salir de tu zona de confort, rompe «reglas», si no te gusta lo tradicional, cámbialo y reconstruye tus sueños, muestra a esas personas que dudan de tus sueños, que esos sueños son los que más deseas en la vida, muéstrales la pasión que sientes y algo muy importante, cree en ti.
Por desgracia, a todos hasta el día de hoy, nos han evaluado y evalúan en el colegio, instituto y universidad por una nota numérica. Pocas personas, entre los que destaco a padres y profesores por ser los pilares básicos en nuestras vidas para ir creciendo como personas, se molestan en ver si tienes talento para tocar la flauta, si tienes buen oído para la música, si te gusta el baile o el teatro. No. Aquí se estudian números por obligación, te gusten o no las matemáticas tendrás que estudiarlas y así volvemos una vez más a lo mismo, a ese ambiente de miedo, de tensión que finalmente lleva a que el alumno no aprenda, porque en el aprendizaje de cualquier cosa, además de la razón, influyen también las emociones (Está demostrado) y bajo tal ambiente de angustia, agobio y presión, los niños y estudiantes se bloquean y finalmente deciden recurrir a ese remedio tan eficaz ante la imposibilidad de entender algo: Memorizar sin entender nada para luego olvidar. A mí me ha pasado. Sin embargo, cuando algo gusta, se aprende con ilusión. Hace poco leí una frase que decía: «Si haces algo que no te gusta, cinco minutos se convertirán en una hora. En cambio, si haces algo que te gusta, una hora se convertirá en cinco minutos.» Exacto. Debemos animar a que los jóvenes busquen su talento, como decía Ken Robinson en su libro El Elemento y a que lo desarrollen. Pero esto tiene que empezar desde las bases de la educación, ya que lo principal es cambiar el sistema educativo que tenemos, actualizarlo al siglo XXI. Afortunadamente, sé de profesores que ya empiezan a introducir algunos de estos cambios en sus aulas, obteniendo muy buenos resultados, pero es necesario que esto ocurra con más asiduidad y que el Ministerio de Educación acepte planes educativos con estas características, porque mientras importe más obtener un nueve en un examen que desarrollar el talento de cada niño, la educación en este país seguirá yendo así de mal.
«El objetivo principal de la educación es crear personas capaces de hacer cosas nuevas. Y no simplemente repetir lo que otras generaciones ya hicieron.» Jean Piaget